Este retrato a lápiz de grafito no es un retrato más.

A simple vista ya se ve que es un retrato infantil de una ternura y una dulzura infinita. Y una vez más puedo decirte que este tipo de retratos son mi debilidad, porque me emociona la inocencia que transmite, la verdad, la transparencia de su mirada; y hasta me dan ganas de darle un abrazo bien apretao.

A nivel técnico es un retrato nuevo y diferente a mis anteriores retratos a lápiz porque, he usado lápices de grafito secos (normales) y he aplicado unos detalles con lápices de grafito acuarelables. Lo he hecho así con una intención muy clara: la de seguir trabajando mi estilo personal.

Es una idea que me rondaba por la cabeza, incluso ya he hecho otro retrato parecido anteriormente (puedes verlo aquí). Esto no es algo que se consiga a golpe de varita mágica. Además, siempre va evolucionando con nuestros gustos y aprendizajes. Así que hay mucho trabajo detrás, tiempo, reflexión, experimentación de técnicas, materiales y mucha perseverancia, aunque cuando hay tanta pasión detrás se hace con mucha ilusión.

Mi objetivo es que los retratos a grafito sean tan identificables como los de acuarela. Era como mi asignatura pendiente, algo que quería trabajar para ver qué podía conseguir. Que tuviesen esos gestos, detalles, trazos y pinceladas personales que los hicieran más reconocibles. Incluso que tuviese un poco de esa textura y ese acabado fresco y espontáneo que tiene la acuarela.

Materiales que he utilizado:

• Papel de acuarela Arches 100% algodón, 300 gr, grano satinado.
• Lápices de grafito secos (normales) de Faber Castell y Staedtler
• Lápices de grafito acuarelables de Staedtler y Caran d´Ache
• Pincel redondo de fibra sintética y agua
• Goma moldeable y normal, sacapuntas, difumino y lija.
• Tablero y cinta para sujetar el papel y algún complemento como un alargador de lápices para aprovechar los más pequeños.

Proceso creativo del retrato infantil a lápiz de grafito

Los dibujos a lápiz de estilo realista, son trabajos que se tardan muchas horas en hacer. Horas que se convierten en días, pero me gusta ese ritmo pausado, ese aquí y ahora, porque te sumerges tanto en él que se pierde la noción del tiempo. Y eso me relaja mucho en un mundo que va tan rápido.

Hoy en día, aún me sigue sorprendiendo cómo con un material tan sencillo como un lápiz, se pueden conseguir dibujos tan sorprendentes. Llenos de detalles y texturas.

Son trabajos pausados, muy observados, y los disfruto enormemente porque vas viendo cómo parece que cobre vida en el papel.

Te invito a que pases por mi perfil de instagram para ver un reels mientras dibujaba este bonito retrato infantil. Míralo aquí

Y este es el resultado final del retrato, del que estoy muy contenta, aunque seguro que seguiré probando en futuros retratos, porque eso va en mí. Además, la comunidad de instagram me ha dado muy buen feedback, y eso es lo mejor que me puede pasar, porque a veces nos sumergimos tanto en nuestro propio trabajo que viene bien tener una visión externa. Y en este caso, lo más importante era saber si notabas estas diferencias respecto a los retratos a lápiz anteriores, si te gustaba ese toque acuarelado y fresco, los tonos del fondo y mis mágicas gotitas. Esa mezcla entre el realismo detallado y la expresividad personal y libre de una pincelada. Y en resumen, que fuese reconocible.

Si quieres ver el acabado final y todos sus detalles también puedes visitar mi perfil de instagram y visitar este post: Resultado final en Instagram

Por cierto, si quieres que tu retrato personalizado a lápiz también incluya unas pinceladas de grafito acuarelable, solo tienes que pedírmelo en tu email. Te recuerdo que la fecha límite para encargar un retrato para que esté a tiempo para Navidad o Reyes, es el 28 de noviembre. Puedes saber más sobre los retratos en la página de servicios/retratos, escribirme y enviarme tu foto desde aquí.

Me encantará que me cuentes qué te parece, tanto en instagram como si prefieres escribirme un comentario aquí abajo.