Cómo limpiar los pinceles de acuarela

Los pinceles son herramientas básicas y fundamentales para poder pintar. Con ellos nos expresamos a través de pinceladas personales llenas de color, texturas y efectos creativos. 

Ya sean redondos, planos, biselados o de diferente tipo de fibra, tienes que cuidarlos bien. De esta forma, los conservarás en mejor estado, y te durarán más tiempo. Además, no tendrás que renovarlos tanto, por lo que también ahorrarás dinero.

Si quieres descubrir algunos pinceles de acuarela, puedes visitar estos posts:

• Pinceles para  pintar con acuarela
• Pinceles para pintar con acuarela II  
• Pinceles con depósito para acuarela (incluye cómo limpiarlos)  

Otra de las cosas que siempre aconsejo, es que no utilices tus pinceles de acuarela para otros medios con tipos de pintura más densa, como el acrílico u óleo. Este tipo de pintura se irá acumulando poco a poco en la base del pincel, y le irá restando movimiento.

Pero hoy, nos vamos a centrar en la limpieza, y te voy a contar cómo limpio mis pinceles de acuarela (válido también para tinta).

He de decir, que sigo utilizando pinceles que tienen más de 10 años, así que estos consejos están basados en una larga experiencia.

Cómo limpiar los pinceles con acuarela 

Una vez terminamos de pintar, lo ideal es enjuagarlos en agua limpia antes de que se sequen manchados de color. 

Si el pincel tiene poca pintura, o vamos a volver a pintar en unas horas, ya sería suficiente.

Pero si has utilizado un color muy saturado o intenso, así como si vas a tardar varios días en utilizar el pincel, es recomendable que hagas una limpieza más profunda.

Después de enjuagar en agua, utilizo el jabón de miel de Raphael. Soy muy de olores, y este me encanta. Deja todo el taller con un olor súper agradable, y la fibra del pincel queda muy suave. Además, es económico y dura mucho tiempo.

El procedimiento es bien sencillo: humedecer el pincel en agua, y mover ligeramente sobre la pastilla de jabón hasta que empiece a hacer espumita. Frota suavemente en el hueco de la palma de la mano y enjuaga en agua limpia. Repite hasta que no queden restos de color.

Ahora quito el exceso de humedad con un poco de papel absorbente, y los dejo secar en horizontal sobre la mesa. Cuando están secos, los guardo en un recipiente en vertical. 

Importante: Nunca los dejes húmedos en vertical, porque el agua baja por la virola y la oxida, despegando a su vez, las distintas partes del pincel.

De vez en cuando, complemento la limpieza con otro producto: un restaurador de pinceles o brush restorer de Vallejo. Ya sabes que lo de restaurar es lo mío también, así que te cuento en qué consiste este paso mágico para que tus pinceles queden perfectos.

Este paso es muy sencillo. Simplemente hay que remojar la fibra del pincel en este líquido durante unos minutos, retirar, y dejar secar al aire libre (en horizontal también). Este producto no contiene alcohol, y deja la fibra muy suave, la mejora visiblemente, alargando un poco más su vida útil.

Truco extra: ayuda a darle forma al pincel con los dedos índice y pulgar.

 ¿Qué te ha parecido el post? ¿Conocías estos productos? Me encantará leerte en los comentarios.