El autorretrato
En el post anterior ya te hablé de 7 consejos para pintar un retrato. Hoy vamos a dar un paso más, hablando de un subgénero del mismo, el autorretrato.
A lo largo de la historia, han sido muchos artistas los que se han pintado a sí mismos. Velázquez, Van Gogh, Picasso, Frida Khalo… Algunos se han retratado muchas veces, y otros ninguna. Unos se han pintado por dejar una imagen de sí mismos a la posteridad; otros por dejar constancia de sus estados de ánimo, o el paso del tiempo. Aunque en realidad, hay tantas razones como artistas.
Cuando el artista decide ser su propio modelo, el retrato se convierte en autorretrato. Por lo tanto, es un retrato hecho de la misma persona que lo pinta. ¿Cuestión de vanidad, o es porque a fin de cuentas, nuestra propia cara es el modelo más cercano, económico, inmmediato y familiar?
Antiguamente, utilizaban un espejo para verse reflejados. Incluso se miraban en el reflejo de un río y hasta dibujaban autorretratos “a ciegas”, tocando sus rostros con sus propias manos y trasladando esas sensaciones al cuadro. Curioso, ¿verdad?
Ya me imagino que estás tocándote la cara en este momento y pensando…¿Cómo podría dibujarse así? Pero tranquil@, que actualmente existen otros medios más prácticos como la fotografía.
Como dice Wikipedia, el autorretrato es uno de los ejercicios de análisis más profundos que puede hacer un artista. Implica escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento, se traduzca en el dibujo o la pintura que aborda.
Y eso a veces se hace un poco más difícil, ya que pintar un retrato no es sólo conseguir un parecido físico, sino transmitir su personalidad o el alma de la persona. Y ahí es donde entra en juego nuestra sensibilidad.
Por supuesto, el autorretrato ha evolucionado con el tiempo. Al principio el objetivo era representar el físico, pero poco a poco se fue volviendo más intimista, y el artista comenzó a expresar cosas de su vida personal y sus valores. Un ejemplo de esto es Frida Khalo.
Tips para pintarte un autorretrato mirándote al espejo.
- Dónde colocar el espejo. Colócalo en frente, y al lado del tablero para que apenas tengas que moverte cuando te mires. Prepara todos los materiales que necesitas para tenerlos a mano. Y pinta un punto rojo en el espejo entre tus ojos. Te ayudará a ubicar tus rasgos mientras te observas.
- Trabaja bien la iluminación. Esto te permitirá lograr un contraste bonito entre las zonas de luz y las de sombra. Uno de los ángulos de iluminación más utilizados, es poner una fuente de luz en un lado, ligeramente por encima de tu cabeza.
- Composición. Piensa qué quieres expresar con el autorretrato. Quizá te convenga un estilo particular o una composición diferente y original. ¿Le vas a añadir otros elementos al retrato? ¿Quizá fondo? ¿Alguna frase u objeto que cuente quién eres? Para aclararte bien con estas ideas, haz unos cuantos bocetos previos para ver cómo quedaría.
Pintar del natural puede resultarte un poco más intimidante, pero se aprende mucho más, ya que ves mejor los detalles o la profundidad. Pero siempre puedes empezar a partir de una foto para ir practicando.
¿Te animas con el autorretrato? Me encantará leerte en comentarios
