¡Hola! ¡Qué tal estás?
Espero que estés llevando esta situación de confinamiento lo mejor posible. Que tengas tus ratitos de entretenimiento, pero también de descanso.
Dibujar y pintar se ha convertido estos días en una de las mejores cosas para desconectar, y a la vez conectar con nosotros mismos. Porque es coger un lápiz o un pincel y perder la noción de tiempo, y eso nos aporta muchísimos beneficios para la mente y el alma.
Si estás por aquí, es porque te gusta dibujar y pintar. Eso de dar pinceladas y trazos en un papel te motiva, y forma parte de tu tiempo libre. Así que hoy vengo con un tutorial a modo de descargable para amenizarte el día un poquito. He preparado una lámina para que puedas descargarla en tu ordenador, imprimirla, y dibujar una mariposa siguiendo tres sencillos pasos.
Después podrás hacer sombras, pintar con acuarela, lápices de colores o con la técnica que prefieras. ¡Creatividad al poder! Sólo recuerda utilizar los materiales adecuados para la técnica con la que decidas pintarlo. Ah! Te aconsejo que lo imprimas a tamaño A4.
¡Y ya es tuyo! Si lo compartes en instagram ya dibujado, me hará mucha ilusión verlo. Sólo tienes que nombrarme como @almuruizilustracion También puedes compartirlo con tus amigos y familiares para que puedan disfrutar de este dibujo.
¿Sabes ya cómo lo vas a pintar? ¿Con lápiz o con acuarela? ¿Lo vas a pintar sól@ o acompañad@? Sea como sea, sólo espero que lo disfrutes y pases un buen rato. Aprovecha para poner música y tomarte algo calentito mientras dibujas.
Un abrazo
¡Hola!
Soy Almu Ruiz
Una artista que lleva toda la vida con un lápiz en la mano. Crecí rodeada de dibujos y pinturas, en el estudio artístico de mi abuelo. A día de hoy, si cierro los ojos, todavía puedo recordar cada esquina de ese mágico lugar en el que estaba creando más que dibujos. Se estaba formando mi historia, mi vida entera. Un día me dijo: “Almudena, no dejes de pintar”. Y eso hice.
¡Hola!
Soy Almu Ruiz
Una artista que lleva toda la vida con un lápiz en la mano. Crecí rodeada de dibujos y pinturas, en el estudio artístico de mi abuelo. A día de hoy, si cierro los ojos, todavía puedo recordar cada esquina de ese mágico lugar en el que estaba creando más que dibujos. Se estaba formando mi historia, mi vida entera. Un día me dijo: “Almudena, no dejes de pintar”. Y eso hice.
